Los gustos gastronómicos del Padre de la
Patria
El Padre de la Patria MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA pintura póstuma del siglo 19 |
Este tema debo reconocer me lo inspiro el programa : "LA HISTORIA SE SIENTA A LA MESA", donde platicaron sobre la vida de Miguel Hidalgo, así como del banquete que le ofrecieron en Guadalajara a meses de estallar la lucha de independencia.
Durante el movimiento armado, quienes participaban
activamente en la guerra comían prácticamente lo que encontraban a su paso. Por
otro lado, las mujeres que acompañaban al grupo separatista en los trayectos
largos, se desempeñaban como cocineras del Ejército Insurgente.
Según Guillermo Prieto, en Memorias de mi tiempo, en los periodos turbulentos se hacían hasta cuatro comidas al día.
“Comenzando con un chocolate con agua o con leche, al despertar. Más tarde, a las 10 de la mañana se almorzaba asado de carnero o pollo, rabo de mestiza, manchamanteles o alguno de los muchos moles. La comida, entre las 13:00 y las 14:00 horas, se componía de sopas de arroz y fideo, puchero rebosante de nabos, coles, garbanzos y ejotes. La cena se reducía a un mole de pecho y un lomo frito salvado del puchero”, cuenta la publicación.
Según Guillermo Prieto, en Memorias de mi tiempo, en los periodos turbulentos se hacían hasta cuatro comidas al día.
“Comenzando con un chocolate con agua o con leche, al despertar. Más tarde, a las 10 de la mañana se almorzaba asado de carnero o pollo, rabo de mestiza, manchamanteles o alguno de los muchos moles. La comida, entre las 13:00 y las 14:00 horas, se componía de sopas de arroz y fideo, puchero rebosante de nabos, coles, garbanzos y ejotes. La cena se reducía a un mole de pecho y un lomo frito salvado del puchero”, cuenta la publicación.
Pero realmente....¿Que comida gustaba a Hidalgo y los demas insurgentes?...
La tradición cuenta que los chiles en nogada, considerado
uno de los platillos más selectos de la alta cocina mexicana por su estética y
exquisitez, fueron cocinados por primera vez en Puebla para agasajar al
comandante de las tropas insurgentes, Agustín de Iturbide, para celebrar su
cumpleaños, el 28 de agosto de 1821, tras su regreso de Córdoba, donde firmó el
último tratado con Juan O’Donjú, virrey de la Nueva España.
Dicho platillo fue confeccionado por monjas de Puebla, quienes contagiadas por el fervor y el espíritu patrio que se vivía en esos días, prepararon un platillo que luciera los mismos colores de la insignia nacional.
Carlos Camberos, especialista en gastronomía mexicana y profesor de la Universidad de Guadalajara (UdeG), menciona que “dentro de los conventos, donde la experimentación culinaria se desarrolló con holgura, pues comer bien no era calificado como contranatura y la literatura de recetas no enfrentaba censura alguna. Sin embargo, fuera del palacio y del convento, el hambre y analfabetismo alcanzaban a la mayoría de la población. La sociedad estaba dividida en infinidad de castas y aún persistía la esclavitud. Así, en el convento se inventaron, antes de que la historia patria los reivindicara, el mole poblano y los chiles en nogada.
No obstante, la clase pobre se curaba el hambre, conformándose con frijoles, tortillas y chile, y en los días de buena suerte con el nenepile, la tripa gorda, el menudo y algunas otras cosas como chocolate”, afirma Camberos.
Dicho platillo fue confeccionado por monjas de Puebla, quienes contagiadas por el fervor y el espíritu patrio que se vivía en esos días, prepararon un platillo que luciera los mismos colores de la insignia nacional.
Carlos Camberos, especialista en gastronomía mexicana y profesor de la Universidad de Guadalajara (UdeG), menciona que “dentro de los conventos, donde la experimentación culinaria se desarrolló con holgura, pues comer bien no era calificado como contranatura y la literatura de recetas no enfrentaba censura alguna. Sin embargo, fuera del palacio y del convento, el hambre y analfabetismo alcanzaban a la mayoría de la población. La sociedad estaba dividida en infinidad de castas y aún persistía la esclavitud. Así, en el convento se inventaron, antes de que la historia patria los reivindicara, el mole poblano y los chiles en nogada.
No obstante, la clase pobre se curaba el hambre, conformándose con frijoles, tortillas y chile, y en los días de buena suerte con el nenepile, la tripa gorda, el menudo y algunas otras cosas como chocolate”, afirma Camberos.
Chiles en Nogada Blog: UDLAP |
El chocolate fue el elemento culinario más universal, democrático y absoluto que aportó México al mundo. En la Colonia fue la bebida que representaba la unidad, aceptada, engalanada y compartida por todas las castas y grupos sociales, la línea de continuidad histórica de lo indígena al mestizaje criollo y a lo español; versátil que preparada con agua, con maíz, con chile, consintió ser mezclada con leche y a champurrado llegó. Y azucarado el cacao, aun mezclado en agua, lo convirtió un viajero italiano en cioccolate, para hacer de esta bebida en pleno siglo XVII la más dulce adicción. Con chocolate se hicieron bebidas y comidas, la más famosa el mole poblano de guajolote”, abunda Salvador Castro Mendoza, investigador del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM).
Este tipo de exquisitos platillos se preparaban en los diferentes hogares rodeados del ambiente previo a la Independencia, cuando se sabe que el cura Miguel Hidalgo y Costilla era dado al buen comer. Y aunque se rumoraba que era de buen apetito, era moderado para comer. Incluso, para él, comer era un ritual y disfrutaba compartir la mesa y los alimentos con su gente cercana, fueran amistades, colaboradores o familiares.
“La comida le satisfacía una necesidad material, pero sobre todo afectiva, emocional y espiritual. Fue muy raro verle comer solo, la mayoría de las veces que se daba el tiempo para comer, siempre estaba rodeado de familiares, amigos y sus colaboradores”, añade Castro Mendoza.
Años posteriores a la guerra separatista, cuando Miguel Hidalgo fue capturado y enviado a una prisión, en el ex Colegio de la Compañía, en Chihuahua, a su ingreso, el libertador de la patria fue recibido con una taza de chocolate.
Durante su cautiverio, el cura y otros presos independentistas basaron su dieta en “chocolate con pan por las mañanas, a mediodía sopa de arroz de olla, a las cinco de la tarde, como cena, ternole, asado de carnero y frijoles”.
Antes de ser fusilado el 30 de julio de 1811, Miguel Hidalgo y Costilla decidió, además de comer, escribir en los muros de su prisión una oración de agradecimiento a sus custodios, por haber compartido con él sus alimentos.
“Ortega, tu crianza fina, tu índole y estilo amable, siempre te harán apreciable, aun con la gente peregrina.Tiene protección divina, la piedad que has ejercido, con un pobre desvalido, que mañana va a morir y no puede retribuir ningún favor recibido. Das consuelo al desvalido en cuanto te es permitido, partes el postre con él y agradecido Miguel te da las gracias rendido”, reza la frase inscrita en el muro de la prisión chihuahuense.
Así que para dar un pequeño reencuentro con la historia y claro a mi manera, les pongo ahora la receta del MANCHAMANTELES....que tengo en el libro la Cocinera Poblana de 1901 y también en el librito de Recetas para la señora de Casa de 1892 que fue editado en la "IMPRENTA DEL ORFANATO DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 1892".
Aquí esta la receta del Manchamanteles para que lo disfruten.......
Manchamanteles
Recetas para la Señora de la casa
1892
Ingredientes:
- 2 chiles anchos desvenados y hervidos
- 1/4 de taza de nuez frita
- 1/4 de taza de ajonjolí
- 2 tazas de jitomate asado, molido y colado
- 1 cebolla frita
- 1/2 cucharada de canela molida
- 1/4 de cucharada de clavos de olor
- 1/2 cucharada de pimienta negra molida
- 2 cucharadas de manteca
- 1 pollo en piezas y cocido
- 1 pieza de camote cocido y rebanado
- 1/4 de taza de pasas
- 1/4 de taza de almendras sin cáscara
- 1 plátano macho sin cáscara, rebanado y frito
- 2 rebanadas de piña cortada en trozos pequeños
Modo de preparación:
Moler los chiles, la nuez, el ajonjolí, el jitomate, la cebolla, la
canela, los clavos y la pimienta. Freír con la manteca durante 10 minutos.
Agregar el pollo con las piezas. Sazonar por 10 minutos más.
Servir el pollo cubierto con el manchamanteles y adornar con las frutas.
Servir el pollo cubierto con el manchamanteles y adornar con las frutas.
Manchamanteles |
Esta es la receta ya adaptada a nuestro días, para que se animen a hacerla y recordar a como decía mi maestra en la primaria : "Al Padre de la patria", pero sobre todo rescatar tan antigua receta del polvo del olvido....
Disfrútenlo y Buen Provecho!!!
Buenas noches Monote.....donde quiera que estés....
Fuentes consultadas:
EL INFORMADOR
Guadalajara Jal.
Periodico
PROFECO.gob
Libro de cocina de la gesta de Independencia.
CONACULTA
Memorias de mi tiempo
Guillermo Prieto
Editorial Porrua